Jean - Paul Sartre

“Deberíamos adquirir el coraje de no ser como todo el mundo” Jean – Paul Sartre

“Deberíamos adquirir el coraje de no ser como todo el mundo” Jean - Paul Sartre

Cuando hablamos de ser alguien autentico en sociedad, muchas veces, notaremos que ser alguien diferente ante un grupo de personas puede traer más problemas, que beneficios en cuanto a la propia visión de vida que tengamos para pensar, sobre como concebimos la vida en general y las consecuencias que trae para nosotros. En ese sentido, nuestra personalidad influye en cómo nos percibimos, y como los demás nos perciben, porque si somos alguien que tiene una opinión propia para hablar sobre temas que pueden ser controversiales en determinados grupos de personas, lo más probable, es que se generará la idea de que somos un individuo autentico que no tiene escrúpulos para decir lo que realmente piensa, y que no se comporta como el resto de humanos que no tiene una opinión propia para no quedar mal ante nadie. 

Este caso que ocurren frecuentemente en la realidad, y que le pasa a determinadas personas que tiene sus propias convicciones, lo podemos tomar como ejemplo para entender el comportamiento de un individuo que no quiere ser igual al resto, porque, es muy común que en aquellas personas que no se ven representadas en ciertos grupos, o sectores de la sociedad  tenga un carácter más o menos confrontativo para emitir una opinión, y de ser bien radicales en cuanto a la adopción de una postura que vaya acorde a lo que realmente piensan. En ese contexto, las personas que tienen un ideal definido no suelen caer muy bien en ciertos sectores, o grupos de individuos que están insertos en un mismo círculo común. Estos últimos, no buscan confrontaciones para no exasperar los ánimos en otras personas, y no tienen una postura propia para liberarse, y mostrarse tal cual como son en términos de personalidad y pensamiento. 

Tengamos un ideal definido para ser auténticas.

Por otro lado, también existe otro tipo de persona que no se identifica igualmente con las opiniones, visión de vida, o pensamiento que deriva de un grupo común de personas reunidos en sociedad. Ahora, la diferencia de esta persona, es que no necesita ser exaltado en cuanto a la necesidad de decir lo que realmente piensa, sino que se alejan de todo, y se mantiene como mero espectador, o en el anonimato de lo que sucede alrededor sin importar lo que llegara a pasar, por lo que su característica principal es mantener la calma, y analizar el comportamiento de las demás personas de forma reflexiva. En general, un individuo que se comporta de esta forma no tiene necesidad de demostrar que tiene una opinión diferente al resto ya que, prefieren no entrar en conflicto con aquellos que no muestran un respeto para saber tolerar la opinión, y visión de vida de alguien autentico que no se deja llevar por la masa contraria.

Tengamos coraje para ser auténticos

Ser diferente al resto requiere coraje, especialmente para enfrentar la discriminación o las críticas por pensar de forma distinta. Además, puede dificultar el desarrollo profesional, ya que, en ambientes donde predomina la conformidad, quienes piensan de manera independiente a menudo enfrentan barreras para avanzar. Las opiniones distintas pueden generar desconfianza o rechazo en ciertos círculos, limitando las oportunidades de crecimiento profesional. Por eso, es fundamental reflexionar sobre si vale la pena mantener nuestra autenticidad en ciertos entornos o si, estratégicamente, es mejor adaptarse para alcanzar nuestras metas.

Ahora bien, si no fuéramos una persona que piensa de forma distinta, y con voz propia para decir lo que realmente piensa, obviamente, todo sería más relajado en nuestra vida. Esto, porque estaríamos viviendo en piloto automático para dejarnos arrastrar a aquellos grupos, sectores, o personas influyentes que tienen como adherentes a un buen grupo de individuos que se reúnen por un estilo de pensamiento en común. Sin embargo, pertenecer a un determinado rebaño de personas también trae sus consecuencias a nivel de salud mental, porque, de alguna manera no somos auténticos en nuestra forma de ser, y de comportarnos ante los demás, si es que solo queremos aparentar o tratar de caer bien a todas las personas sin tener un juicio propio sobre lo que queremos para nuestra vida.

Si somos una persona que se deja llevar por la nueva “ola” de lo nuevo, de lo popular, de lo que está mayormente aceptado por la sociedad, y que no va con nuestros principios, sin duda caeremos en una fase de depresión, y angustia por no mostrar nuestra verdadera cara al mundo exterior, como una forma de decir a los demás, que esta es la esencia que me caracteriza en mi forma de pensar, y de ver la vida según mis propias convicciones. 

Debemos mostrar nuestra verdadera cara al mundo exterior.

En un mundo globalizado, ser auténtico implica riesgos y recompensas. Por un lado, podemos conectar con personas que comparten nuestros valores; por otro, enfrentamos críticas y oposición de quienes no están de acuerdo con nuestra forma de pensar. Entendiendo bien las repercusiones que pueden originarse en cuanto a la adopción de una postura u otra, bajo el contexto de nuestra personalidad, forma de pensar, y visión vida, debemos realizar una introspección personal para preguntarnos si realmente: ¿Queremos ser como todos los demás? una persona sin juicio propio para emitir una opinión, y que se deja llevar por otros individuos , o ser alguien diferente con un pensamiento propio para pensar, y decir lo que queramos, sin la necesidad de tratar caer bien a determinados grupos de personas que tienen en común los mismos gustos, forma de pensar y de emitir una opinión sin discernir realmente de lo que está correcto, o incorrecto.

La frase “Deberíamos adquirir el coraje de no ser como todo el mundo” del filósofo Jean Paul -Sartre, puede tener distintas interpretaciones si lo llevamos a un contexto en especifico. En ese sentido, la subjetividad que podamos tener en la apreciación de este tema, nos da para hablar sobre varios puntos que cuestionan si debemos mostrarnos ante las demás personas, tal cual como somos, o solo debemos mostrar parte de nuestra personalidad a determinados individuos para conseguir un bien deseado. Esto último, dependerá de las intenciones que tengamos a la hora de decidir, si queremos establecer ciertos vínculos con determinados grupos para sentirnos que somos parte de una misma visión, o, simple y llanamente, queremos ser alguien que es capaz de desmarcase de la masa común de la gente para pensar, y decir lo que realmente sentimos ante determinadas situaciones.

Desmarquémonos de la masa común de personas.

Al final, es una decisión de cada uno si queremos desmarcarnos de ciertos grupos, pensamientos o estilo de vida que pueden ir, o no, alineados a nuestros propios intereses personales. Personalmente, me inclino favorablemente a tener nuestros propios valores, y pensamientos sin el acondicionamiento de determinados grupos ya que, esto nos permite ser libres para pensar, y desarrollarnos de forma tranquila sin demostrar nada a nadie de lo que somos capaces de lograr.

Finalmente, todo se traduce en adoptar en determinado estilo de vida en la que convergen nuestros valores, y pensamientos más profundos. 

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