En más de una ocasión, hemos recibido consejos de personas que, quizá, no se encuentran en una posición favorable en la vida para indicarnos qué debemos hacer si deseamos progresar en distintas áreas de crecimiento personal. Sin embargo, podemos llegar a entender que aquellas personas que nos ofrecen un apoyo por medios de consejos, lo hacen con una buena intención de ayudarnos para mejorar en algún aspecto que ellos mismos han notado, y que nosotros no nos hemos percatado, debido a que son puntos ciegos que muchas no logramos descubrir, o simplemente no queremos reconocer.
Las personas que no han logrado algo significativo en sus vidas, no necesariamente debemos ignorarlas, más bien, hay que escucharlas atentamente para saber discernir, si de todo lo que nos dicen puede ser aplicable, o no, a la solución de un problema en específico, o de una toma de decisión de gran transcendencia para nosotros. Quizás, si tenemos suerte, existe la posibilidad que esa persona a quien primera instancia miramos con desconfianza, y poca autorización para emitir una opinión sobre algo relacionado de nosotros, pueda acertar por medio de un consejo practico la solución a un problema que posiblemente este atormentándonos en algún área en particular. Si todo va bien, de igual manera, no debemos dejar de pensar que esto es solamente una excepción ya que, no todos tenemos la suerte de encontrarnos con personas que a simple vista podríamos deducir que, no tienen algo con que valerse a través de recursos, o ser un experto en cierta materia, por lo tanto, si nos encontramos en esa situación, no perdamos la oportunidad de escuchar atentamente a aquellas personas que, sin tener mucho, ven en nosotros alguna oportunidad de mejora a nuestra persona.
Como ya recalcamos la importancia de escuchar a aquellas personas que a lo mejor no tienen algo con que valerse en la vida, y que no son una referencia en cuanto al tipo de persona que uno quiere convertirse, pero que son buenos consejeros, habría que tomar recaudos con otro tipo de individuo que solo recomienda consejos desde una perspectiva de menospreciar a las personas. Esto, por medio de la envidia que genera una persona que le va muy bien en la vida, y que, por uno u otro motivo, necesita de algún consejo en particular para poder solventar alguna dificultad, o para escuchar otras opiniones sobre algún en tema en específico. Las personas envidiosas, por lo general, siempre miran con recelos a aquellos que les va muy bien en un área en particular de la vida ya que, al no estar contentos por lo que tienen, buscarán un paliativo en la que puedan descargar toda su frustración en desmerecer, o aconsejar a alguien mejor que ellos para que también estén bajo ese círculo de mediocridad y envidia constante.
Identificar las intenciones
Es fundamental tener cuidado al recibir consejos de personas que no desean lo mejor para nosotros. Aunque algunos individuos puedan parecer amables o bien intencionados, en el fondo podrían estar motivados por sentimientos negativos. Por ello, debemos analizar cuidadosamente los mensajes que nos transmiten, aunque sin caer en un estado constante de desconfianza. Lo más importante es conocernos a nosotros mismos y aprender a lidiar con nuestros problemas, dudas y decisiones de manera independiente, ya que, al final, la última palabra siempre será nuestra.
Existe un dicho popular que afirma: “Las personas envidiadas por otros están haciendo las cosas muy bien en su vida”. Según esta perspectiva, las energías negativas que alguien nos dirige pueden transformarse en positivas, reforzando nuestro propósito de vida. Sin embargo, esta idea no debe llevarnos a descuidar nuestra capacidad de identificar las intenciones de quienes nos rodean, ya que incluso personas cercanas, como amigos o familiares, podrían no desear nuestro éxito.
La frase “No debes de escuchar consejos de gente que no está donde tu quieres estar” recalca la importancia de no escuchar consejos de personas que no han logrado nada importante en la vida, lo cual, ya está bastantemente claro. Ahora, debemos referirnos a aquellas personas que lograron algo importante, y que son un modelo de referencia para nosotros en cuanto a las diferentes actitudes que adoptan para comportarse de una forma disciplina en la consecución de sus metas, objetivos o propósito de vida. Estas personas, por lo general, no pierden tiempo en banalidades que no aportan nada bueno para sus vidas, además les gusta rodearse de personas que sean iguales, o mejores que ellos en alguna habilidad, conocimiento o sector en específico. También, son muy metódicos a la hora de planificar sus metas o proyectos personales ya que, no le gusta dejar nada al azar, quieren mantener la mayor partes de sus acciones bajo un control total.
Si tenemos la suerte de estar rodeado de personas que cumple con las características que mencionamos, sin duda, debemos estar más cerca de ellos para poder conocer su forma de pensar, y de ver la vida en las distintas facetas de desarrollo en la que están inmersos.
Sin embargo, también debemos trabajar en convertirnos en personas de valor, capaces de generar interés genuino en quienes admiramos. Esto implica enfocarnos en nuestro propio crecimiento y establecer conversaciones significativas que aborden metas y proyectos trascendentes. Solo así podremos recibir consejos útiles y duraderos.
En definitiva, debemos ser cautelosos con los consejos que aceptamos, independientemente del estatus o los logros de quien los emite. Lo importante es decidir conscientemente de quién recibimos recomendaciones y aprender a discernir entre aquellos que buscan nuestro bienestar y quienes desean perjudicarnos. Al mismo tiempo, mantengamos la amabilidad y la disposición para escuchar, ya que incluso las críticas malintencionadas pueden ofrecer lecciones valiosas si sabemos interpretarlas correctamente.
Esto último, podría ejemplificarse a través de la siguiente frase “Mantén cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos” ya sabemos el porqué de esto (revisa el quinto párrafo).