Persona sabia

“La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”. Sócrates

“La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”.  Sócrates

Reconocer nuestra propia ignorancia sobre un tema que desconocemos, o cuando no contamos con los conocimientos y habilidades necesarias para desarrollar una actividad, puede ser un verdadero desafío, especialmente si somos personas orgullosas a las que no les gusta admitir sus carencias. Si nuestro orgullo es más fuerte que nuestra capacidad de reconocer que no podemos saberlo todo, y que para dominar algo debemos esforzarnos, es probable que nunca evolucionemos hacia un estado en el que aceptemos nuestra falta de conocimiento y estemos dispuestos a aprender lo que nos hace falta.

Seamos personas con sabiduría para  aceptar nuestra falta de conocimiento.

Las personas que no pueden admitir su ignorancia viven constantemente en conflicto, tratando de refutar u ocultar su desconocimiento en ciertos temas, habilidades o conocimientos, e incluso sus propios miedos. Estas personas, a menudo creen que saben de muchas cosas, pero en la práctica pueden diferir mucho de lo que dicen y hacen, ya que solo quieren llamar la atención y vanagloriarse por sus supuestas “capacidades” en áreas en las que dicen ser expertos. En la mayoría de los casos, su bienestar personal está condicionado por la opinión de los demás y por la admiración que reciben por su aparente conocimiento en diversos temas, incluso aquellos que están fuera de su verdadera área de experticia. Esto puede ser peligroso si admiramos a este tipo de personas sin cuestionar realmente sus habilidades, pues estaríamos validando a individuos que solo buscan reconocimiento social sin un conocimiento real que los respalde.

Admirar personas que solo buscan un reconocimiento social.

Lo mismo ocurre si conocemos a alguien que admira a una persona que se cree dueña del saber absoluto y no acepta ser contradicha. Si tenemos buen ojo para detectar a este tipo de individuo, nuestro rol es advertir del carácter que posee estas personas que solo buscan beneficiarse de los halagos de los demás. Si alguien no acepta correcciones, es probable que no quiera pasar vergüenza ante los demás o que tema que su desconocimiento quede expuesto. Tal vez no sea nuestra responsabilidad advertir a los demás sobre este tipo de individuos que pueden hacerse pasar como personas eruditas, y que son aduladas por aquellos incrédulos que creen todo lo que les dicen. Pero, si no nos gusta que engañen a los demás con fanfarronerías, es necesario desenmascararlos y recordarles que no hay vergüenza en admitir que no lo saben todo.

Por otro lado, si nosotros mismos tenemos dificultades para admitir nuestra ignorancia, debemos entender que esta actitud solo incrementará nuestra arrogancia y nos impedirá aceptar correcciones de quienes sí tienen mayor conocimiento en un tema. Es importante tomar conciencia de la actitud que adoptamos al momento de escuchar a alguien cuando habla sobre un tema que no sabemos, principalmente si somos nosotros a quienes nos corrigen. Si adoptamos la escucha activa y nos mostramos receptivos a las correcciones, accederemos a un nuevo mundo de posibilidades, descubriendo conocimientos y habilidades que podríamos aplicar si nos interesan. (Imagen)

Practicar la escucha activa, y mostrarnos receptivos a las correcciones.

Al dejar de lado nuestro ego, nos abrimos a nuevos oportunidades para mejorar nuestros conocimientos y habilidades. Esto es mucho mejor que fingir experticia en un tema solo para recibir elogios y reconocimiento por algo que no somos. Debemos fomentar nuestra curiosidad y estar dispuestos a hacer preguntas y aprender sobre diversos temas que llamen nuestra atención, o sobre habilidades que puedan ayudarnos en nuestro desarrollo profesional. Una vez que interioricemos está practica, sentiremos esa sensación de seguir expandiéndonos en áreas que desconocíamos, y que pueden llegar a interesarnos si es que decimos ir más allá de nuestro tiempo para dedicarnos a algo nuevo.

Ser un aprendiz de la vida es lo que debe ser una persona que entiende que el camino de la sabiduría es clave para seguir desarrollándose en cualquier área de conocimiento. En este sentido, debemos alimentar constantemente nuestro deseo de mejorar para no estancarnos. Independientemente del ámbito en el que nos desenvolvamos, es esencial adoptar la mentalidad de que no lo sabemos todo, para así mantener la humildad y seguir aprendiendo.

Adoptar una mentalidad de no saberlo todo.

La frase «La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia», atribuida al gran filósofo Sócrates, recalca la importancia de no dejarnos llevar por la falta de interés en aprender algo que podría beneficiarnos.En un mundo donde las apariencias prevalecen por sobre la virtud y el conocimiento, es necesario desmárcanos de actitudes que solamente promueven lo banal en las mentes de las personas. Si somos conscientes de esto, podremos ayudar a otros a salir de la ignorancia y motivarlos a encontrar un propósito alineado con sus verdaderos intereses personales y profesionales, impulsándolos a mejorar progresivamente en el camino de la vida.

Finalmente, la ignorancia es algo que debemos evitar a toda costa. No permitamos que nuestro ego nos juegue una mala pasada y nos prive de las oportunidades de mejora en cualquier ámbito. Asimismo, debemos ser humildes en nuestro proceso de aprendizaje, pues siempre habrá personas con más conocimientos en determinadas áreas. Aprendamos de ellas y sigamos mejorando. En cuanto a aquellos que prefieren aparentar en lugar de aprender, lo mejor es alejarnos y rodearnos de quienes valoran la humildad y el deseo genuino de crecimiento en este vasto mundo llamado Tierra.

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