Muchas veces en la vida nos enfrentamos a circunstancias que requieren tomar decisiones sobre acciones que pueden tener resultados positivos o negativos, dependiendo del contexto. Si somos personas que toman decisiones sin pensar demasiado en el resultado final, es posible que confiemos en que las cosas mejorarán, independientemente de lo que ocurra. Sin embargo, si somos personas que tenemos dificultades para decidir, podemos confundirnos, mostrarnos indecisos y no concretar el paso necesario para actuar. Esto también sucede al opinar sobre temas específicos o definir nuestra postura en cuestiones más controvertidas, que pueden generar cierto malestar en otras personas.
En ese contexto, las decisiones que son para realizar una acción en el momento pueden resultar a favor, o en contra dependiendo de nuestro conocimiento y experiencia. Y las decisiones que requieren definir nuestra postura para determinados temas controversiales, simpatizaremos con grupos que están a favor de una idea, y nos opondremos a quienes no la apoyan.
Ahora, ¿qué podemos hacer para mostrarnos como una persona más decidida a la hora de concretar acciones y simpatizarnos por una idea, y no ser una persona tibia que no le gusta quedar mal ante los demás ? Simplemente, es que nos conozcamos a nosotros mismo de una forma consciente para entender cómo nos comportamos ante los demás, y definir nuestros intereses de una forma convincente.
Vamos a lo profundo
¿Y cómo podemos comportarnos y definir nuestros intereses?. Bueno, algunos tips que podrían realizar serian los siguientes:
1) Describir nuestra personalidad ( como somos realmente).
2) Analizar aquellas situaciones en las que no nos comportamos de una forma convincente o asertiva.
3) Hacer un listado de todo aquello que nos gusta, ya sea de nuestra actividades diarias y tiempo de Ocio.
Cuando completemos estos tips describiremos nuevamente nuestra persona. Y esa persona reflejará lo que somos en esencia. Luego, analizaremos qué aspectos podemos mejorar de nosotros mismos para no quedarnos con la simple excusa de “ así soy, y así me quedaré” ya que como seres humanos estamos constantemente evolucionando en pensamientos y acciones porque es parte de nuestra naturaleza. Por lo tanto, hay que hacer el trabajo de moldear cada cierto tiempo nuestro yo autentico.
Si no definimos lo que pensamos, o sentimos como persona ante determinadas situaciones que nos pueden gustar, o no, estaremos siempre en la deriva de la indecisión por no tomar el valor de ser alguien autentico para todas las circunstancias que nos tocará enfrentar en la vida, sean buenas o malas, ya que va a haber momentos en el que nuestro carácter o personalidad estarán a prueba para demostrarnos a nosotros mismos de que estamos hechos, y que cosas podemos lograr.
Debemos tener en cuenta que las personas indecisas, en general, evitan quedar mal con los demás, les cuesta tomar decisiones en el momento y rara vez tienen una opinión clara sobre lo que les gusta o no. Si nos identificamos con estas características, debemos trabajar en nosotros mismos para corregir aquellos aspectos que no nos benefician. Personalmente, yo también he tenido que mejorar ciertos aspectos de mi persona para iniciar un proceso de transformación interna que me permita detectar cuáles son mis fortalezas y debilidades.
Para terminar, quisiera resaltar aún más la importancia de no ser una persona tibia. Y esto lo voy a relacionar con la siguiente referencia que es sobre los primeros tres capítulos de Apocalipsis en la que Jesús escribe una carta dirigida para la iglesia en la que dice; “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente”. Sin ser devoto ni fanático religioso, entiendo —y creo que ustedes también— que ni Jesús soportaba a las personas indecisas. Por eso, definir nuestra postura es clave para tomar el control de nuestras vidas.