Cada vez que nos encontramos en una situación difícil de solucionar, debido a la falta de claridad mental que se nos presenta al tratar de resolver un problema, solemos experimentar pensamientos de inseguridad al no tener la confianza suficiente para solventarlo por nuestra propia cuenta. Estos pueden afectarnos tanto física como emocionalmente, influenciados por factores externos que, según el contexto, pueden variar en intensidad.
Si ya pasamos, o estamos saliendo recientemente por un episodio complejo en nuestras vidas, lo ideal es que hagamos una retroalimentación sobre qué aspectos fallamos a la hora de no poder mantener la calma en determinadas circunstancias, por lo que se debe analizar fríamente el porqué de los hechos que suscitaron la aparición de esa, o aquellas situaciones que representaron un estrés para nosotros. Si somos consciente, y sinceros del reconocimiento de esas circunstancias estaremos mejor preparados para situaciones que posiblemente vendrán a nuestras vidas sin previo aviso ya que, por medio de nuestras experiencias pasadas sabremos como reaccionar y comportarnos de una mejor forma que sea la más tranquila y apaciguadora posible.
Ahora bien, si tu situación actual es distinta y estás atravesando un problema complejo, es necesario, en la medida de lo posible, que te tomes una pausa para calmarte, respirar profundamente y, si puedes, hablar con alguien de confianza para desahogarte. Sin embargo, es fundamental ser cauteloso al elegir a quién confías tus mayores secretos o temores, ya que estas son partes muy delicadas de nosotros. Si tienes la oportunidad de hablar con un amigo cercano o una persona en quien confíes plenamente, no dudes en hacerlo, ya que esto puede liberarte de los temores que surgieron al inicio de la situación complicada.
Interiorizar la frase “No culpes a la situación, arregla tu forma de pensar” puede ser algo difícil de entender si no tenemos la costumbre de estar envueltos de forma recurrente en distintos problemas que requieran de nuestra capacidad para solucionarlos, porque al fin de cuentas somos nosotros quienes debemos hacernos responsables en como vemos, e interpretamos las cosas que nos suceden en nuestra vida diaria. No es un trabajo fácil hace esto, ya que requiere de mucha sinceridad por parte de nosotros en admitir lo poco asertivos que fuimos en cuanto a las reacciones pasadas inequívocas que no nos llevaron a buen puerto en determinadas circunstancias.
La solución a los problemas
Para la mayoría de personas la concientización de que la solución a los problemas parte por uno mismo, es difícil de interiorizar, porque nunca nos han enseñado en la escuela o la universidad a como canalizar los diferentes tipos de problemas que puedan afectarnos en un momento dado. Esto genera una carencia en cuanto a nuestra capacidad resolutiva o, al menos, para mantener la calma y pensar con claridad ante diversas situaciones problemáticas. Ahora, si tu estas leyendo esto, y tienes conciencia sobre estos temas, será más fácil entender las prácticas que debes realizar cuando te enfrentes a un problema en particular, ya que por tus mismas experiencias pasadas sabrás mantener la calma, y encontrar soluciones ante situaciones complejas.
Una actividad útil para profundizar en este tema es responder las siguientes preguntas, basadas en situaciones pasadas que no supimos resolver o en aquellas donde logramos encontrar una solución, aunque fuera parcial:
- ¿En qué situación de tu vida sentiste que enfrentabas un problema muy grande y no supiste cómo afrontarlo para encontrar una solución concreta?
- ¿En qué situación sentiste que reaccionaste adecuadamente ante un problema y lograste una solución?
- Del 1 al 10, ¿en qué nivel te encuentras actualmente en cuanto a tu capacidad para resolver problemas? y ¿Por qué?
- ¿Qué significa para ti la frase «No culpes a la situación, cambia tu forma de pensar»?
- ¿Cómo definirías a una persona que no culpa a factores externos por sus problemas?
Estas preguntas, más resolución de las misma, quizás, puede ayudarte a entender y conocer más sobre tu persona en cuanto al análisis que debes realizar para recordar esas situaciones en las que te viste envuelto, y lograste salir victorioso por tu capacidad de pensar en una solución concreta. Esto también debes hacerlo en situaciones en la que no tuviste la misma suerte para encontrar un punto a favor, ya que, a lo mejor te dejaste llevar por la circunstancia misma sin pensar más allá de una resolución asertiva, por lo cual, esta retroalimentación de nuestras experiencias pasadas que pueden ser positivas y negativas sin duda puede ayudarnos a mejorarnos en distintas facetas de nuestras persona si realizamos el trabajo que corresponde.
En general, este tema en concreto sin duda nos invita a pensar en cómo actuamos ante distintas adversidades que nos sitúa la vida, ya que cada prueba es una verdadera invitación a mejorarnos a como pensamos si entendemos las enseñanza que puede dejarnos una situación en particular. Ahora, mas allá de esto, siempre debemos actuar bajo una templanza que nos permita entender que debemos responder de acuerdo a lo más razonable que podemos hacer, que es pensar fríamente la situación del problema, y barajar distintas opciones de soluciones posibles para no quedarnos estancados con la raíz de una problemática en particular.
Ya para finalizar, les recuerdo que esto solo mi interpretación personal. Ustedes pueden interpretar la frase en diferentes puntos de vista, según estimen conveniente.