Si actualmente te estás enfocando en concretar algún proyecto personal al que dedicas la mayor parte de tu tiempo, debes considerar que, en la gran mayoría de los casos, el proceso para lograr grandes cosas en la vida suele ser lento y requiere una planificación de objetivos que te permita avanzar de forma segura. Esto, claro, siempre y cuando hayas realizado un trabajo de introspección para descubrir si lo que haces es realmente lo que siempre has querido, o al menos, algo que te permita explorar nuevas destrezas que desconocías hasta ahora. Sin embargo, incluso si tenemos la suerte de tener todo en orden, es común que cuando estamos inmersos en algo importante para nosotros, nuestra mente se vea inundada por dudas sobre la forma en que estamos llevando a cabo los pasos hacia esa meta en particular. En otras palabras, llegamos a dudar de nuestra capacidad por sentir que no avanzamos lo suficientemente rápido para acelerar nuestro desarrollo y alcanzar nuestros objetivos.

Las consecuencias de este tipo de pensamientos pueden manifestarse como depresión, ansiedad y baja autoestima. La ansiedad surge cuando creemos que debemos lograr todo rápidamente, lo que afecta nuestra planificación y los pasos necesarios para alcanzar objetivos a corto, mediano y largo plazo. La baja autoestima aparece al sentir que, a este ritmo, no lograremos nada, afectando nuestra confianza no solo en el proceso, sino en la vida en general. Finalmente, la depresión puede llevarnos a abandonar nuestros proyectos por no tener la resiliencia necesaria para continuar en el camino del progreso constante.
Estas consecuencias pueden afectarnos si dudamos de nosotros mismos y nos detenemos, dejando de avanzar en nuestro proceso de mejora. No obstante, algunos podrían decir que no siempre es así, ya que muchas personas han intentado algo durante mucho tiempo y no han conseguido los resultados esperados, lo que les ha llevado a cambiar de meta u objetivo, alineándose más con sus habilidades. Eso es válido. Sin embargo, la mayoría de las veces no alcanzamos lo que realmente deseamos debido a la falta de constancia o porque no nos esforzamos lo suficiente para estar en paz con la idea de que hicimos todo lo que estaba en nuestras manos.

Es importante entender que si estamos trabajando en algo serio, no debemos desesperarnos ni detenernos. Si contamos con un buen plan de acción o estrategias claras, debemos simplemente confiar en el proceso, ya que los resultados llegarán tarde o temprano.

Si no hay claridad en el camino que estamos recorriendo es difícil lograr algo importante en la vida. Si tu estrategia o planificación no es lo suficientemente convincente en la que digas, “yo creo en lo que estoy haciendo, y me aferro a ello”estaremos tropezando nuevamente en esos baches mentales de la ansiedad, y baja autoestima para lograr objetivos.
Mantenerse en el proceso
Entonces, ¿cómo podemos tener más convicción al seguir un proceso para alcanzar nuestras metas u objetivos? Aquí algunos consejos o recordatorios que te pueden ayudar a mantener el rumbo:
1. Planifica o replantea las estrategias o pasos que estás dando para lograr tu objetivo. Tómate el tiempo necesario para desarrollar este apartado con tranquilidad y plena conciencia.
2. Establece metas a corto, mediano y largo plazo para evaluar tu progreso respecto a los objetivos trazados y ajustar el plan de acción según sea necesario. Es fundamental definir tiempos de ejecución para obtener retroalimentación sobre los resultados esperados en comparación con los obtenidos.
3. No te dejes llevar por la urgencia de concretarlo todo de inmediato. Cada uno de nosotros tiene su propio ritmo, así que enfócate en ti mismo y no te compares con los demás.
4. Simplemente confía en el proceso. Ten fe en lo que estás haciendo y sé paciente. Al final, la paciencia será tu mejor aliada para afrontar cualquier proceso de cambio en tu vida con serenidad..

Ya para finalizar, les recomiendo que, si hoy en día están enfocados en la realización de un proyecto personal o de alcanzar ciertos objetivos, hagan pausas entremedio, liberen una cantidad de tiempo para meditar o reflexionar sobre cómo están llevando el alcance del proceso que están atravesando por ejemplo; si necesitan ajustar ciertas cosas en cuanto a la planificación de los objetivos, los tiempos de trabajos que dedicas, y retroalimentaciones semanales en cuanto al avance de nuestro propio proceso personal.
Al final, debemos recordar siempre que si tenemos un objetivo o una meta lo suficientemente grande que es capaz de quitarnos el sueño, valdrá la pena nunca detenerse y seguir adelante.