Antes de empezar, debemos definir: ¿Qué es la soledad? La respuesta a esta pregunta es claramente subjetiva, ya que para algunos representa un período de introspección personal en el que reflexionamos y nos enfocamos en nosotros mismos para mejorar algún aspecto de nuestra vida. Y para otros, es como un tiempo de meditación para evaluar nuestros aciertos y errores, con el objetivo de realizar cambios que nos permitan crecer integralmente a partir del aprendizaje de experiencias pasadas. En ese sentido, si la soledad nos ayuda a desarrollarnos como mejores personas, sin duda es buena para quien entiende, y aprovecha todos sus beneficios. Es decir, estas tú mismo con tu persona para comprenderte, analizarte y superarte antes los obstáculos que la vida te va colocando en el camino.
Sin embargo, y aquí surge uno de los dilemas, algunas personas ven la soledad como algo negativo, quizá porque desconocen o no comprenden su verdadero significado: el de estar solo para estudiarse y analizarse profundamente, para entender pensamientos y emociones que muchas veces nos generan conflicto. Este temor puede llevar a algunas personas a evitar experiencias de desarrollo personal, privándose así de valiosas oportunidades de crecimiento.
Quienes afirman que no es bueno estar solo, probablemente han tenido experiencias cercanas a esa situación. Es decir, pasaron por un estado similar en el que prácticamente se alejaron, o no tuvieron contacto con personas, debido a que se encontraban en otro periodo de sus vidas en la que cambiaron de rumbo, y dejaron de compartir los mismos intereses con determinadas personas. Ahora bien, cuando el estado de soledad es inevitable, se va reflejando aquellas características más profundas de nuestra persona una vez que realizamos un proceso de introspección personal. En ese análisis puede surgir lo mejor y lo peor de nosotros, y depende de cada quien aceptar o no su verdadera esencia y la forma en que nos relacionamos con los demás y con el mundo.
Si no soportas estar solo contigo mismo, lo más probable es que hay una parte dentro de ti que no acepta ciertos defectos de tu persona, y que pueden salir a la luz si no hay un trabajo de por medio que te permita controlarlas. En ese contexto, si entendemos realmente el trasfondo de estar solo con uno mismo, nos permite, precisamente entender esas debilidades que tenemos en nuestro interior para comprenderlas, y analizarlas de una forma que nos ayude a convertirnos en mejores personas para las diferentes áreas de la vida, o por lo menos, en las que creamos que necesitamos mejorar de forma constante.
Si uno se resiste a ese cambio de pasar por un periodo a “solas” nunca sabremos el verdadero significado del por qué nos tocó atravesar por ese periodo en particular. En cada circunstancia, o sucesos que ocurre en nuestra vida siempre hay una enseñanza de por medio que nos invita a reflexionar, y analizar el cómo estamos llevando nuestra vida en general, por lo que si todavía te cuesta pasar por un periodo de soledad contigo mismo, lo ideal, es que pruebas con algunas alternativas, ya sea la de estar por lo menos 15 minutos a solas contigo mismo, e interiorizar el estado en el que te encuentras. Si realizas este ejercicio por lo menos unas 2, o 3 veces por semana se cultivará la costumbre de meditar, y reflexionar sobre cada aspecto de tu persona, como una forma de hacerte saber quién eres realmente.
La verdadera cara de la soledad
La soledad, en muchos casos, revela una parte de nosotros que preferimos no mostrar al mundo exterior; es el único momento en el que podemos mostrarnos vulnerables sin la presencia de otros. Aprovechar estos momentos puede llevarnos a descubrir aspectos de nuestra persona que desconocemos. A veces, nos resistimos a hacerlo por el miedo de no poder mostrar nuestra “mejor cara” a los demás, como una forma de protegernos en nuestras relaciones sociales. Todos enfrentamos este desafío, ya que solemos mostrar nuestras mejores cualidades para causar una buena impresión en quienes nos rodean, aunque eso a veces implique ocultar quiénes somos realmente.
Lo importante de todo esto es que tomemos a la soledad como un estado para mejorarnos, y desarrollarnos de una forma convincente en el que podamos trabajar esas debilidades que no queremos mostrar ante los demás para que no nos pasen a llevar en determinadas circunstancias.
La frase “No soportas la soledad porque en ella te has encontrado en ti mismo” nos invita a pensar más en nosotros para poder mejorarnos en distintas áreas de la vida, ya sea para redescubrir nuestras fortalezas, y debilidades de una forma consciente. En ese sentido, no debemos tener miedo a mirarnos desde lo más profundo de nuestro pensamientos para entender quiénes somos realmente, y hacia donde nos dirigimos en la vida, ya que si tenemos un propósito marcado, o estamos tratando de buscar uno, la soledad puede ser ese guía que necesitamos para redirigir el rumbo de nuestro camino por medio de distintos periodos en la que podamos pasar más tiempo a “solas” sin la interrupción de cualquier elemento, o persona externa que puede desarmonizar un estado que requiere de mucha voluntad, y paciencia para entender lo que realmente puede aportarnos en nuestra vida personal.
La soledad puede ser una guía valiosa para redirigir nuestro camino, permitiéndonos reflexionar en silencio, sin interrupciones, sobre aspectos que requieren paciencia y voluntad para comprender plenamente. Si realmente comprendemos su sentido profundo, nos ayuda a priorizar nuestro desarrollo personal y reconocer nuestra esencia: la forma en que vemos la vida y enfrentamos sus desafíos.
Sabemos que este proceso no es fácil para quienes no están acostumbrados a pasar tiempo consigo mismos, en parte porque puede surgir el miedo a conocerse o por los comentarios de personas externas que advierten sobre el aislamiento. Para quienes desean intentarlo, el ejercicio de pasar al menos 10 o 15 minutos solos puede ser una herramienta para liberar la mente, pensar y generar nuevos propósitos. Esto nos permite replantear experiencias pasadas y aprender de ellas, logrando así un crecimiento personal que nos acompañará en cada etapa de la vida.
Punto aparte.
Considera lo increíble que puede ser estar contigo mismo. Al fin y al cabo, nacemos solos y morimos solos. Nadie vendrá a rescatarte; solo tú puedes salir adelante.